Royal Bank of Scotland (RBS), entidad en la que el Gobierno británico controla prácticamente el 40% del capital social, logró un beneficio neto atribuido de 393 millones de libras esterlinas (465 millones de euros), en contraste con las pérdidas de 1.545 millones de libras (1.829 millones de euros) registradas en el mismo periodo del año anterior.
Los resultados del banco escocés reflejan un impacto positivo de 249 millones de libras (296 millones de euros) por ajustes en el valor de la deuda de la entidad, frente a las pérdidas de 2.456 millones de libras (2.934 millones de euros) contabilizadas por este concepto hace un año.
Asimismo, RBS logró reducir entre enero y marzo un 21,4% sus pérdidas por impagos, hasta 1.033 millones de libras (1.230 millones de euros), así como un 71,5% los costes de reestructuración.
«Estos resultados muestran progresos en alcanzar un RBS sólido y rentable para todos los actores implicados», indicó el consejero delegado de la entidad, Stephen Hester, quien confía en completar sustancialmente la reestructuración del banco durante 2014.
Por otro lado, el presidente de RBS, Philip Hampton, expresó su confianza en que el saneamiento de la entidad permita al Gobierno abandonar el capital social del banco a lo largo del próximo año.
«Nuestro balance se ha saneado sustancialmente (…) nuestra rentabilidad operativa se ha fortalecido (…) Lo que queremos es tener un negocio sólido que permita al Gobierno vender sus acciones, digamos a mediados de 2014, o incluso quizás antes, aunque esto es una cuestión que compete al Gobierno», apuntó.