CaixaBank obtuvo en el ejercicio 2017 un beneficio atribuido de 1.684 millones de euros, lo que representa un aumento del 60,9% respecto a 2016. Los expertos esperaban unas ganancias anuales de 1.840 millones.
El resultado de CaixaBank en España ha alcanzado los 1.508 millones de euros, un 44,1% más, mientras que el banco portugués BPI -integrado desde febrero- contribuye al beneficio con 176 millones.
El margen bruto se ha situado en 8.222 millones (+5,1%) por la mayor generación de ingresos básicos del negocio bancario -margen de intereses (+14,2%), comisiones (+19,5%) e ingresos del negocio de seguros-, que aumentan un 18% en el grupo y un 8% en CaixaBank, y también por la incorporación de BPI.
El 96% de los ingresos proceden de la actividad bancaria básica, tras la menor actividad por operaciones financieras (-66,7%) y la menor contribución de las participadas (-21%).
En concreto, el margen de intereses del grupo se han situado en 4.746 millones de euros, un 14,2% más respecto a 2016, y los ingresos por comisiones se han situado en los 2.499 millones, un 19,5% más.
Los gastos de administración y amortización recurrentes han aumentado en un 11,8%, alcanzando los 4.467 millones, lo que el banco ha atribuido principalmente a la incorporación de BPI, ya que se han registrado 110 millones de costes extraordinarios asociados al banco portugués.
Los ingresos de la cartera de participadas se han reducido en un 21%, hasta los 653 millones, reflejo, entre otros, del menor dividendo de Telefónica, cambios de perímetro, y a la venta del 2% de la participación de BPI en BFA (-97 millones atribuidos) registrado en enero antes de la toma de control.