Carlos Torres, consejero delegado de BBVA, ha reafirmado el compromiso «a largo plazo» de la entidad con Turquía, y ha añadido que solo podría producirse un limitado y eventual impacto en su negocio a «efectos coyunturales», que se traducirían en el repunte puntual de la morosidad en el país y la caída de la actividad tras el golpe de Estado fallido.
«Nada cambia», ha afirmado Torres al ser preguntado sobre la situación política en Turquía durante la rueda de prensa para presentar los resultados.
Torres ha defendido que el mercado turco es «muy sólido» desde el punto de vista de la economía y de la regulación del sistema financiero.
El consejero delegado de BBVA ha afirmado que la entidad no ha percibido un impacto significativo «hasta ahora», si bien ha advertido de que depende de lo que se tarde en «normalizar» la situación, por lo que no descarta un repunte puntual de la tasa de mora y la caída de actividad. «Serían más bien efectos coyunturales más que a largo plazo», ha aclarado.
Por su parte, Jaime Sáenz de Tejada, director financiero de BBVA, ha garantizado que la cuenta del banco está «cubierta» ante eventuales devaluaciones de la lira turca, aunque ha estimado un impacto de unos 15 puntos básicos sobre el capital si la agencia de calificación Moody’s decide rebajar el ‘rating’ soberano de Turquía ante la inestabilidad política.
Sáenz de Tejada también ha calificado de «buena noticia» el fracaso del golpe de Estado «tan pronto», y el apoyo de los principales partidos políticos del país a la democracia. En este sentido, ha negado que la entidad mantenga un contacto directo con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. «Tenemos que ver cómo se normaliza la situación», ha insistido Torres.