Grupo Espírito Santo, cuyo principal activo es el banco del mismo nombre, se prepara para ser sometido a una profunda reestructuración «no exenta de dolor» con el propósito de hacer frente a varios «desafíos».
Así lo reconoció Ricardo Salgado, representante de una de las facciones de la familia Espírito Santo que controla todo el «holding» y presidente a su vez de la entidad financiera portuguesa Banco Espírito Santo.
En una misiva dirigida a los trabajadores del citado banco y publicada de forma íntegra por el periódico luso «Jornal de Negocios», Salgado defendió que Grupo Espírito Santo «debe acometer una profunda reorganización y cambios estructurales» debido a que su modelo de organización se ha quedado anticuado.
«Este proceso pasa por el ‘desapalancamiento’, por reducir el perímetro de actuación en cuanto a nuestros sectores de actividad y por recapitalizarnos», señaló el banquero, considerado una de las personas con más poder e influencia de Portugal.
«Este trabajo ya está siendo hecho y habrá novedades a muy corto plazo», añadió. Las palabras de Salgado son conocidas apenas seis días después de que el Grupo Espírito Santo anunciase que va a realizar una «provisión especial» de 700 millones de euros debido a «riesgos potenciales asociados con su exposición a las actividades no financieras» de la entidad.
Dentro de esta sociedad se encuadran el Banco Espírito Santo y otras entidades financieras, así como empresas de desarrollo inmobiliario, turismo, y agricultura y ganadería.
Salgado lamentó en su carta a los empleados la «atención desproporcionada» que le dedican los medios de comunicación portugueses a la entidad y la existencia de «fugas de información» dentro del grupo.