Clínica dental en Alcalá de Henares nos da algunos consejos para perder el miedo al dentista. Y lo cierto es que algunos apenas pueden conciliar el sueño la víspera de acudir a una clínica dental, pero hay incluso quien no duerme en varios días; otros son incapaces de permanecer quietos en la sala de espera, o se echan a llorar de forma repentina a la hora de ver al dentista.
Desde la Clínica Saludalia Dental Alcalá de Henares, señalan que “el miedo puede llegar a ser tal que es posible que acabe derivando en una enfermedad como la gastritis”. Desde la propia clínica dental afirman que, a nadie, o a casi nadie, le gusta ir al dentista.
Un salto que los profesionales en Alcalá de Henares intentan solventar es la mejora en la comunicación con el paciente, recurriendo a recursos como la anestesia: “Este campo ha evolucionado de manera significativa en las últimas décadas”, afirman desde la clínica dental.
Según la Organización Mundial de la Salud, y tal y como confirman desde la clínica dental en Alcalá de Henares, la odontofobia (miedo al dentista) afecta al 15% de la población. Javier Sanz, secretario de la junta del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Gipuzkoa, afirma que “un 15% entra en la categoría de fóbico, porque si preguntásemos en la calle, el 90% nos diría que ir al dentista les provoca ansiedad”.
En el mismo sentido, la Clínica Saludalia Dental Alcalá de Henares señalan que la comunicación es la base para que el paciente pierda el miedo al dentista: “es muy necesario tratar de entablar una relación de confianza en la que el paciente explique lo que le pasa y el odontólogo se haga cargo de esa situación”.
Así, la comunicación, la empatía y el sentirse en un entorno de confianza es básico, señalan desde el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Gipuzkoa y desde la clínica dental en Alcalá de Henares.
Otros aspectos que ayudan a perder el miedo al dentista, señalan profesionales dentistas en Alcalá de Henares, es escuchar música, apretar una pelota elástica o visualizar imágenes agradables. Es decir, cualquier cosa que relaje y evada, siempre que no interfiera en la labor del equipo de dentistas.