La agencia de calificación crediticia Moody’s ha revisado al alza su pronóstico de crecimiento del PIB de la zona euro hasta el 2,1% este año y el 1,9% en 2018, mejorando así en tres décimas sus anteriores previsiones, mientras que ha enfriado sus expectativas respecto de EE.UU., cuya economía crecerá un 2,2% en 2017 y un 2,3% en 2018, dos décimas menos de lo anticipado anteriormente para cada ejercicio.
«Nuestra perspectiva para los dos próximos años sigue siendo optimista», señala Moodys, que estima una expansión del 3,1% de media para las economías del G-20, añadiendo que el actual ritmo de crecimiento superior al 2% de los países avanzados y del 5% de los emergentes «no solo es sostenible a corto plazo, sino que hay posibilidad de un aumento».
Entre los factores que llevan a Moody’s a una masiva revisión al alza de sus pronósticos de crecimiento, mejorando las previsiones de China, Japón, Francia, Alemania, Italia, Corea del Sur, México y Turquía, la agencia apunta a la política monetaria laxa aplicada por los principales bancos centrales, así como a las medias de estímulo puestas en marcha por el Gobierno chino y la estabilidad en los precios de las materias primas.
«Esperamos que la expansión económica global sincronizada actualmente en curso continuará el resto de 2017 y en 2018», añade la calificadora de riesgos, que, sin embargo, ha revisado a la baja sus perspectivas económicas para EEUU, India, Arabia Saudí y Sudáfrica.
Para la zona euro, Moody’s espera una aceleración del crecimiento el resto del año, impulsado por las condiciones financieras gracias a las políticas del BCE y la fortaleza de la demanda, que se reflejan en el aumento del crédito hacia hogares y empresas.
«A pesar de que la apreciación del euro representa un ‘viento en contra’, no creemos que vaya a descarrilar la recuperación en curso liderada por la demanda doméstica», apunta Moody’s, que no espera un cambio en la política monetaria de la zona euro hasta 2018.
Entre los países de la zona euro que forman parte del G-20, ha mejorado sus pronósticos para Alemania, hasta 2,2% en 2017 y el 2% en 2018; Francia, con un crecimiento del 1,6% en ambos años, e Italia, con una expansión del 1,3% en 2017 y 2018.
Por el contrario, Moody’s ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para EE.UU. tanto en 2017 como en 2018, cuando espera respectivamente una expansión del 2,2% y del 2,3%, un empeoramiento dedos décimas en cada ejercicio respecto a sus anteriores proyecciones.
Este enfriamiento de sus perspectivas respecto de la mayor economía mundial responde a una evolución «más débil de lo previsto en el primer semestre» y la expectativa de un estímulo fiscal «más modesto» de lo anteriormente asumido en 2018.
En cuanto a la política monetaria, la calificadora de riesgos considera que la Reserva Federal de EE.UU. continuará la normalización de su posición este año y el siguiente, mientras en la eurozona el BCE prestará menos apoyo el próximo año si el crecimiento mantiene el actual impulso.