Standard & Poor’s (S&P) ha reducido en un escalón el rating de Andorra, llevándolo desde ‘BBB’ a ‘BBB-‘, como consecuencia de la inquietud generada sobre el sector financiero del país, después de la intervención de Banca Privada d’Andorra (BPA).
S&P estima que las dudas producidas por este caso podrían afectar seriamente las perspectivas de crecimiento de Andorra, debido a la gran importancia que tiene el sector financiero tanto en el empleo como en el PIB del país, que representa más del 20%.
En el comunicado publicado, S&P considera que el aumento vertiginoso de los activos de no residentes bajo gestión de entidades financieras de Andorra desde el año 2011, como también la expansión internacional de los bancos, ha traído como consecuencia el incremento significativo de los riesgos tanto financieros como de reputación, presionando fuertemente la capacidad de respuesta de los entes competentes en Andorra.
El riesgo del sector financiero andorrano se ha visto perjudicado considerablemente después de la investigación puesta en marcha por las autoridades estadounidenses sobre BPA, y S&P considera que esto provocará una responsabilidad mayor de la que se tenía prevista hasta ahora.
A pesar de este panorama negativo, la agencia también considera que las autoridades andorranas han respondido adecuadamente a esta situación y están haciendo grandes esfuerzos en estabilizar BPA.
S&P señala que “el Gobierno de Andorra está trabajando actualmente en un plan de reestructuración para la entidad, aunque, en nuestra opinión, una resolución ordenada de BPA sigue siendo una solución posible”.
Sin embargo, considera que la investigación por presunto blanqueo de dinero puede traer como consecuencia sanciones económicas a BPA o sus administradores. En caso de que se produzca una liquidación negativa de la entidad el Gobierno de Andorra podría tener que hacerse cargo de los costes de resolución.