La salida de depósitos privados sufrida por los bancos griegos en el pasado junio se aceleró hasta los 8.176 millones de euros, un 122% más que en el mes anterior, cuando las infructuosas negociaciones entre Grecia y sus acreedores dispararon el temor a una salida del euro por parte del país heleno.
Esta fuga de depósitos provocó la declaración a finales de junio el cierre de los bancos griegos y fijando restricciones a la retirada de efectivo.
El importe de los depósitos en el conjunto de los bancos de Grecia al finalizar el mes de junio se situó en 127.506 millones de euros, la cifra más baja desde noviembre de 2003.
Los bancos griegos cumplían ese mes, desde septiembre de 2014, diez meses consecutivos de fuga de depósitos, que en total se contabilizó en 45.496 millones de euros, de los que el 88%, un total de 40.020 millones, fueron retirados en los seis primeros meses de 2015.
La retirada de junio fue la mayor, solo superada por la de enero, de 12.160 millones en enero, cuando Syriza se hizo con el poder al imponerse en las elecciones del 25 de ese mes. En mayo fue de 3.682 millones y en abril de 5.678 millones.
El fracaso de las negociaciones con sus acreedores tras la convocatoria de un referéndum por parte del Gobierno de Grecia, el país aplicó una serie de medidas de control de capitales, incluyendo el cierre temporal de entidades y la limitación a 60 euros por persona y día de la retirada de efectivo en los cajeros automáticos. Aunque el final del cierre de las entidades bancarias, el 20 de julio, no ha supuesto la normalización de su operatividad, puesto que las retiradas de efectivo continúan limitadas.