La agencia calificadora Standard & Poor’s ha reducido el día de hoy la nota crediticia de Bélgica, uno de los pocos países de la eurozona que aún conserva buenas notas con respecto al resto de los miembros de la moneda única. En concreto, S&P ha reducido la nota belga de AA+ a AA, lo que aún situa al país como un emisor de buena calidad, pero con una perspectiva negativa a futuro. Los principales miedos de la agencia vienen de la inestabilidad política del país (que ya lleva más de un año sin gobierno formal) y de su elevado nivel de deuda, que podría superar el 100% de su PIB si se ve obligado a volver a rescatar a su sector bancario utilizando dinero público.
A fines de este año, la deuda de Bélgica es de alrededor del 97% del Producto Interno Bruto, y Standard & Poor’s teme que la actual situación de incertidumbre requiera de una participación más importante del gobierno, lo que podría terminar en un descontrol de su deuda. Ya en 2008, durante la crisis económica global, Bélgica se vio forzada a rescatar a su sistema bancario, y a tan sólo tres años de eso el temor de un nuevo rescate sigue latente.
La agencia crediticia advirtió que de suceder esto, el déficit presupuestario del país se verá aumentado. Así mismo, destacó que, al tener Bélgica una de las economías «más abiertas de la zona euro», es «especialmente vulnerable al debilitamiento de la demanda exterior».
Actualmente, las negociaciones del presupuesto siguen estando estancadas en el país, con desacuerdos entre los partidos que el rey Alberto II parece no poder conciliar. El país requiere 11.300 millones de euros para reducir su déficit al 3% en 2012 como se los está exigiendo la Unión Europea, y se enfrenta a una posible multa de 700 millones de euros por parte de la Comisión Europea si no presenta un nuevo presupuesto con recortes importantes a mediados del mes de Diciembre.