Hoy se celebra la reunión extraordinaria de ministros de Economía de los 27 en donde se buscará conseguir un acuerdo sobre la nueva directiva a gestionar la restructuración y liquidación de bancos, que establecerá qué acreedores deben asumir pérdidas en futuras crisis bancarias. El pasado viernes no se logró ningún acuerdo, por lo que se espera que en este segundo intento el objetivo sea cumplido.
La razón que llevó al desacuerdo fue el grado de flexibilidad que debe permitirse a las autoridades nacionales para salvar a ciertos acreedores de las quitas. Francia, Reino Unido y otros países fuera de la zona euros, constituían uno de los bandos y reclamaban el máximo margen de maniobra. Por su parte, Alemania, Holanda y Austria pedían que todos los acreedores asuman pérdidas casi de forma automática.
El Ecofin si está de acuerdo en la protección de los depósitos, menores y mayores, en manos de pymes y particulares. Este punto era fundamental para España ya que es la principal fuente de financiación de la banca del país. Los primeros en asumir pérdidas, según la directiva, serán los accionistas, seguidos de preferentistas, bonistas sénior y grandes depositantes. Sólo en casos extremos en los que toda esta aportación no sea suficiente para cubrir las pérdidas se recurrirá a depósitos de pymes y empresas.
Mañana comenzará el Consejo Europeo en donde uno de los temas a tratar será el impulso a la unión bancaria, pero un segundo desacuerdo en Ecofin podría significar el fracaso de la cumbre.
La discusión del Ecofin se centrará en determinar primeramente qué porcentaje mínimo de los pasivos bancarios debe asumir pérdidas antes de que se permita a las autoridades nacionales salvar a determinados acreedores de las quitas. La presidencia irlandesa propuso, el pasado viernes, un 8%, pero para países del grupo de Holanda, esto es insuficiente.
Según Luis de Guindos, España sólo se vería afectada en la flexibilidad ya que es uno de los países que ya no cuentan con fondos para acudir al rescate de los acreedores.