El aumento de la inflación tras la victoria del ‘Brexit‘, ha afectado a las finanzas públicas de Reino Unido, por lo que el Gobierno se ha visto en la obligación de pagar más intereses por su deuda.
La Oficina Nacional de Estadística británica (ONS) ha informado que el déficit público en el mes de junio fue de 6.854 millones de libras, lo que supone un 43% más que el dato del mismo mes del año pasado.
El saldo negativo de junio fue mucho mayor que la media de 4.800 millones de libras prevista por los economistas.
En el primer trimestre del año financiero, el déficit presupuestario de Reino Unido registró un incremento del 8,9% en comparación con el mismo periodo de 2016, hasta alcanzar las 22.800 millones de libras.
El ministro de Finanzas Philip Hammond, está siendo presionado por el gobernante Partido Conservador y por el opositor Partido Laborista para que suavice su posición de estricto control del gasto nacional, y ponga fin a la contención de los salarios en el sector público.
El gasto en los intereses de deuda se ha elevado un 33% anual en junio a 4.900 millones de libras, el nivel más alto que se ha reportado para cualquier mes de junio desde el año 2011. Los analistas consideran que esto es un reflejo de la drástica aceleración de la inflación que ha aumentado el costo de los bonos indexados para el Gobierno.
El déficit también se incrementó por los mayores pagos al presupuesto de la Unión Europea y compras más elevadas de bienes y servicios por parte del Gobierno.
Después de la crisis financiera, cuando el déficit presupuestario se elevó alrededor del 10% del PIB en 2010, Reino Unido ha tenido que hacer frente a varios problemas para encaminar sus finanzas públicas.