Standard & Poor’s (S&P) ha confirmado la nota de Rusia en “BB+” con perspectiva “negativa” respecto a su deuda a largo plazo en divisa extranjera. Así, se mantiene en la categoría de “bono basura”, debido a que S&P estima que el país mantenga unos niveles “moderados” de deuda pública en los próximos años.
La agencia de calificación también ha confirmado el rating “BBB-” de Rusia como emisor en divisa local, y ha destacado que el rating del país está respaldado por su baja posición neta deudora, que prevé que se mantenga hasta el año 2018.
S&P ha señalado que en su calificación está tomando en cuenta que las sanciones a Rusia se van a mantener en vigor en los próximos años ante el continuo conflicto con Ucrania. Sin embargo, en caso de que las sanciones se alivien, una de las posibles consecuencias sería un modesto impulso de la economía rusa.
Por otra parte, la agencia ha considerado en su análisis que la posición externa de Rusia, su flexibilidad fiscal y su política monetaria tienen un impacto “neutro” en el rating.
Por el contrario, se ve limitado por unas instituciones políticas y unas perspectivas de crecimiento e ingresos económicos que considera “débiles”, lo que afectará de forma negativa la competitividad de su economía, el clima empresarial y el de inversión.
Con respecto a la perspectiva “negativa”, S&P explica que incide la posibilidad de una rebaja de la nota si las reservas fiscales y externas de Rusia se deterioran en los próximos doce meses, más rápido de lo que prevé, o si la flexibilidad de su política monetaria se reduce.