Con un notable apoyo por parte de la oposición, el Congreso aprobó el día de hoy la reforma financiera, que fue anunciada por la Administración de Mariano Rajoy. El proyecto ha contado con el apoyo del PSOE, UPN, CiU y, obviamente, de la bancada del PP. De manera concreta, esta nueva ley se destaca, entre otras cosas, por exigirle a cubrir con otros 52.000 millones de euros su actual exposición a los riesgos inmobiliarios. Además, impone nuevos límites para los salarios de las cúpulas directivas de las entidades bancarias.
El Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, celebró el amplio apoyo de la oposición por considerar que da una buena señal a los mercados financieros. El ministro , que aseguró que este proyecto no recibirá enmiendas puesto que no será tratado como un proyecto de ley, destacó que la aplicación de estas nuevas medidas reducirá el precio de las viviendas y permitirá que el crédito vuelva a fluir.
Pese al apoyo de la oposición, muchos voceros de los distintos partidos se mostraron preocupados por la posibilidad de que esta nueva reforma termine generando un oligopolio formado por las más grandes entidades bancarias. Alberto Garzón, diputado del iU, aseguró que esta nueva ley representaba «una puntilla a las cajas en beneficio de los bancos». El PSOE, por su parte, advirtió que han dado su apoyo por coherencia, aunque esta será la última vez si «no existe un diálogo sobre los procesos y asuntos económicos del país».
El decreto, eso sí, será cambiado en el futuro para asegurar que no existan daños a los estatutos de autonomía que se atribuyen a las comunidades. Esto después de que los grupos de Catalunia y País Vasco condicionarán su apoyo a que se aclarará quien mantendría autoridad sobre las fundaciones especiales.