Fitch Ratings ha rebajado esta semana la calificación de la deuda a largo plazo de Arabia Saudí desde ‘AA’ hasta ‘AA-‘, después de que las cuentas públicas de la nación árabe se vieran afectadas por las revisiones a la baja en relación al precio del barril de petróleo en 2016 y 2017, a 35 (31 euros) y 45 dólares (40 euros) respectivamente.
La calificadora de riesgo ha explicado que este recorte es consecuencia del aumento en 12,5 puntos básicos del déficit del país árabe en el año 2015, hasta el 14,8% del PIB, frente a los constantes superávits desde 2010.
De igual forma, las estimaciones de Fitch en cuanto al año 2016 tampoco son muy positivas, debido a que señalan que los datos de déficit mejorarán levemente en el 2016 y de forma más importante para el año 2017, esperando que los precios del petróleo alcancen un repunte moderado.
La agencia ha señalado que “gran parte de las necesidades de financiación del Gobierno saudí correrán a cargo de activos extranjeros y el Ejecutivo ha comenzado a elevar la deuda doméstica”, además de indicar que el país está “en negociaciones” para obtener un préstamo sindicado de 10.000 millones de euros y que está analizando la posibilidad de realizar “por primera vez” una emisión de bonos denominados en euros este mismo año.
Igualmente, el balance por cuenta corriente de Arabia Saudí cerró con un déficit del 8,2% en 2015, lo que ocurre por primera vez en los últimos 18 años, y que, desde Fitch, esperan que alcance el 16% en 2016.
Las razones que ha tomado en cuenta la agencia calificadora para revisar al alza sus estimaciones sobre Arabia Saudita se fundamentan en la consolidación fiscal y un periodo continuado de incrementos en los precios del crudo. Sin embargo, reformas fiscales inadecuadas, caídas en los precios del petróleo y tensiones geopolíticas podrían generar futuras rebajas en la calificación de la deuda de la nación árabe.