Glenn Stevens, jefe del banco central de Australia ha indicado que existen límites a lo que el estímulo monetario puede lograr, incluyendo impulsar el crecimiento económico a la carta o acelerar la inflación en un plazo corto.
En su último discurso al frente de la institución, Stevens restó importancia a las preocupaciones de que el banco central pueda adoptar medidas de política excesivas para intentar acelerar la inflación «en el corto plazo».
«Puedo garantizarles que el consejo ha sido muy consciente de esa posibilidad y, en consecuencia, ha procedido muy cuidadosamente», afirmó Stevens, quien en el mes de septiembre entregará su cargo a Philip Lowe.
El Banco Central de Australia ha informado además, que la inflación subyacente se desaceleró a un mínimo histórico de un 1,5 % interanual a junio, muy por debajo de la meta de largo plazo del RBA de entre un 2 y un 3 %. Como resultado, el banco central recortó la semana pasada sus tipos en un cuarto de punto a un 1,5 %.
«Necesitamos realismo sobre cuánto podemos esperar que logre la política monetaria, incluido el acelerar rápidamente la inflación», afirmó.
Stevens añadió que si llegara el caso de que la opción menos mala fuese incumplir la meta de inflación por un tiempo mientras se logra un crecimiento razonable, el objetivo es suficientemente flexible como para permitir esta desviación.
Semanas atrás, el banco central de Australia recortó su tipo de interés de referencia en un cuarto de punto hasta el mínimo histórico del 1,5%, en la segunda ocasión en que toma medidas expansivas este año mientras busca proteger a la economía de una posible deflación y frenar la apreciación de su moneda.
«El consejo estimó que las perspectivas de un crecimiento sustentable de la economía, con una inflación que regrese a la meta con el paso del tiempo, mejorarían al adoptar una política monetaria más expansiva en esta reunión», dijo Stevens.