La reunión de líderes de la Unión Europea ha concluido con una serie de acuerdos que se venían ideando desde hace ya algún tiempo y que tratarán de otorgarle una nueva cara al euro, con países que tengan la responsabilidad fiscal como una de sus prioridades. A pesar de los avances obtenidos, en Bruselas destacó la actuación de David Cameron, el primer ministro del Reino Unido, quien se quedó fuera de los nuevos acuerdos por decisión propia, después de que exigiera que el centro económico de Londres quedará exento de ciertas regulaciones que se aplicarán de manera comunitaria a los servicios financieros, algo que el presidente francés Nicolas Sarkozy consideró como «inaceptable».
Sarkozy añadió que si se aceptaba una derogación para el Reino Unido, una gran parte del trabajo realizado se pondría en riesgo. Recordó también que el origen de la actual crisis fue la desregulación de los servicios financieros.
De esta manera, el país británico es la única nación fuera de estos nuevos acuerdos, puesto que los otros 26 miembros de la Unión han decidido aceptarlo, mencionando, sin embargo, que Suecia, Hungría y la República Checa se unirán hasta discutirlo con sus correspondientes parlamentos. Nicolas Sarkozy declaró al final de la reunión que «Hubiéramos preferido un acuerdo a 27. No ha sido posible por la posición de nuestros amigos británicos», declaró el mandatario francés en un tono sarcástico. Cameron, por su parte, declaró que «hay que aceptar que algunas veces hay que quedarse fuera», añadiendo, como ya lo ha hecho en otras ocasiones, que su país nunca se unirá al euro.
Entre los acuerdos logrados, destaca la llamada «regla de oro», que impondrá un límite al déficit de los países, dejándolo en 0,5%. Además, se ha acordado que la Comisión pueda intervenir en los presupuestos nacionales si estos no siguen una política fiscal equilibrada. Se han añadido también las ya mencionadas medidas para regular los servicios financieros.
Ahora, la Comisión Europea estará a cargo de redactar el nuevo Tratado, que probablemente quedará listo en Marzo. Después de esto, los países deberán revisarlo y ratificarlo, proceso mediante el cual muchos países podrían someter la decisión a un referéndum.