En vísperas de la próxima reunión de líderes europeos durante el 8 y el 9 de Diciembre, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, junto con José Manuel Barroso, han sacado adelante un plan de acción contra la crisis que incluye una serie de reformas y modificaciones al Tratado, y que será puesto a debate durante la cumbre. Van Rompuy instó a todos los países miembros a actuar ya contra la crisis, y recalcó que la Unión Europea ha tomado una serie de medidas a lo largo de los últimos meses para fortalecer la economía y incentivar el crecimiento, medidas que, según dijo, ha llegado la hora de poner en práctica.
En la carta enviada a los 27 miembros de la Unión Europea, Van Rompuy declaró que «Es imprescindible que acordemos un enfoque más amplio, que englobe el fortalecimiento de nuestras herramientas de gestión de crisis a corto plazo y la determinación de adoptar a mediano plazo más medidas para reforzar la unión económica».
Entre algunas de las medidas propuestas, destaca el añadir al Fondo de Rescate Europeo la capacidad de financiar a los bancos directamente, de manera similar a como lo haría una institución de crédito. Esta medida no sólo flexibilizaría al fondo, sino que le permitiría recibir una financiación directa del Banco Central Europeo. En cuanto a las reformas al Tratado, se propone una alternativa rápida y otra que requeriría, en caso de ser aprobada, un proceso más largo para su puesta en práctica. La primera abarca una reforma al protocolo 12 del Tratado, y permitiría insertar una regla que obligue a todos los países miembros a presentar un presupuesto y unas finanzas equilibradas. Mediante este método se podría también fijar una fecha para la cual los países tengan que contar con un déficit equivalente a cero.
La segunda opción consistiría en una revisión a los artículos 48 y 136 del Tratado, y una revisión al protocolo 14. Esto haría posible las sanciones a países con un déficit excesivo o con un manejo irresponsable de sus finanzas, y habilitaría a Bruselas para intervenir en las políticas fiscales de los países que no acaten reformas.