El Banco Mundial ha presentado una serie de nuevas reglas sociales y ambientales a las que deberán someterse sus 188 Estados miembros para que puedan recibir financiación.
El principal organismo para el desarrollo económico ha indicado que estas nuevas reglas son un “gran paso adelante” para “proteger mejor el medio ambiente y las poblaciones”, sin embargo, no han sido bien recibidas por las ONG, pues consideran que constituyen un “peligroso paso atrás”.
De acuerdo con los términos de estos diez nuevos grandes principios, los Estados que soliciten el respaldo del Banco Mundial deberán tener el consentimiento de las poblaciones locales en caso de que se trate de un proyecto que pueda afectar sus condiciones de vida.
Por otro lado, el Banco Mundial exigirá a los países tomadores de los fondos que garanticen los derechos de los trabajadores, especialmente el de libre asociación y el de lograr negociaciones colectivas.
El BM también ha ajustado la propuesta anterior sobre las normas medioambientales, ya que había generado fuertes críticas en la sociedad civil en julio de 2014. En ese momento, la institución planeaba “indemnizaciones” en proyectos que causaran daños medioambientales. Según las reglas presentadas esta semana, estas reparaciones deberán ser consideradas como un “último recurso” y en algunos casos podrían hasta prohibirse.
En paralelo, 19 organizaciones de la sociedad civil, han emitido un comunicado en el que denuncian que estas reglas “van a debilitar ampliamente tanto la protección de las poblaciones afectadas como del medio ambiente cuando el Banco quiera implicarse en proyectos de alto riesgo”.