El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado este viernes una nueva orden ejecutiva que supone un primer paso para desmontar la reforma financiera de Obama y quitar trabas a Wall Street.
Trump, que se reunió este viernes con altos ejecutivos de algunas de las principales compañías del país – JPMorgan, Disney, Tesla o General Motors, entre otras – ha estampado su firma en una directiva para investigar posibles cambios en la reforma financiera de su predecesor, conocida como Ley Dodd-Frank, y otra directiva para abolir la obligación de que los corredores de bolsa actúen pensando en el mayor interés del cliente y no del suyo propio cuando les aconsejen inversiones para su jubilación.
La directiva que afecta a la Ley Dodd-Frank, a la que no menciona implícitamente, habla de establecer unos «principios básicos» para la regulación del sistema financiero, como facilitar la competitividad de las empresas estadounidenses. Insta al Departamento del Tesoro a revisar las leyes existentes para que sean modificadas si no coinciden con las metas de su Gobierno.
Ambas medidas se enmarcan en las políticas de Trump orientadas a desregular la vida americana en general y, en este caso, el sector financiero en particular. El nuevo presidente defiende que permitiendo más libertad a los bancos se facilita la concesión de préstamos y créditos a las empresas, que a su vez pueden emplear el dinero para crear empleos.