El Gobierno de Argentina comunicó la semana pasada que existe la posibilidad de que comiencen a regular el nivel de las “usureras” tasas de interés domésticas si los bancos no las reducen. Esta medida sería tomada por Argentina ante una elevada inflación y una economía que continua desacelerándose.
El incremento en el costo del dinero, que supera hoy en día el 65 por ciento anual para un préstamo personal, es uno de los factores que está afectando de forma negativa la economía de Argentina, sumado a las débiles exportaciones, la falta de dólares y una baja en las inversiones extranjeras. Este panorama se ha presentado ante la desconfianza que ha despertado la política intervencionista de la presidenta argentina Cristina Fernández.
El jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, ha comentado a la prensa local que le “parece abusiva la posición de entidades financieras que pretenden cobrar o percibir semejante tasa de interés”.
“Si no hay una autorregulación del sistema, merece un debate profundo desde el punto de vista de la regulación a los efectos de impedir la exacción alevosa de parte del salario a los trabajadores”, ha enfatizado Jorge Capitanich.
El Banco Central de Argentina también ha alentado las altas tasas de interés, que las ha mantenido artificialmente elevadas en los últimos dos meses para distender la presión sobre el peso luego de que el Gobierno de Argentina lo devaluara, en el mes de febrero, casi un 20 por ciento frente al dólar.
La entidad bancaria ha colocado una serie de bonos, de corto plazo, con unas tasas de interés que rondan el 28 por ciento anual.
El rendimiento se encuentra por debajo de la expectativa de inflación minorista para este año 2014, la cual ha sido proyectada por los analistas por encima del 30 por ciento.
Por su parte, de acuerdo a una proyección de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la economía del país suramericano podría crecer apenas un 1 por ciento en el 2014.
Entre los motores de la economía de Argentina, destaca, como uno de los principales, el consumo doméstico, que se encuentra en retroceso por las altas tasas.