El Gobierno de China podría aplicar una serie de medidas para restringir y endurecer los controles sobre la inversión que sus empresas realizan en el extranjero, con el propósito de frenar la salida de capitales del gigante asiático.
Estas medidas podrían suponer un veto, hasta septiembre de 2017, de los grandes acuerdos de inversión y compra de empresas chinas, así como un mayor escrutinio de sus operaciones en el extranjero.
En este sentido, Pekín planea prohibir temporalmente a las firmas chinas las inversiones en el extranjero de más de 10.000 millones de dólares (9.428,9 millones de euros) y las fusiones y adquisiciones internacionales de más de 1.000 millones de dólares (942,8 millones de euros) fuera de su actividad principal.
El Ministerio de Comercio y el Banco Popular de China han abogado por “prevenir los riesgos” que implican las inversiones empresariales en el extranjero en una notificación publicada por la agencia oficial Xinhua.
La salida de capital de China ha sido una preocupación constante para las autoridades locales y, aunque su ritmo parece haber aminorado en los últimos meses, el Banco Popular de China ha perdido una parte de su reserva de divisas tratando de impulsar el valor del yuan.
De acuerdo con fuentes empresariales, estas nuevas medidas también podrían prohibir tener más de una tarjeta bancaria con un mismo banco, ya que hasta ahora se permitía tener hasta cuatro, cada una de ellas autorizada a extraer hasta 100.000 yuanes (13.700 euros) desde cajeros en el extranjero por año.