Standard and Poor’s (S&P) ha mantenido la nota de la economía de España en un aprobado alto (‘BBB+’), pero ha mejorado su perspectiva de ‘estable’ a ‘positiva’.
La agencia de calificación ha indicado que el cambio de perspectiva abre la puerta a una subida de la nota de España en futuras revisiones en un plazo de dos años si se mantiene la solidez del crecimiento económico y el proceso de consolidación fiscal.
Asimismo, S&P ha mejorado su previsión de crecimiento para la economía española que ha elevado al 2,5 % en 2017 y al 2,1 % en 2018, con la expectativa de que sea la demanda interna la que siga tirando del avance de la economía.
S&P ha señalado que espera que el déficit público baje al 3,3 % del PIB en 2017, dos décimas por encima del objetivo comprometido con Bruselas y que la deuda se estabilice justo por debajo del 90 % al PIB al final de 2020.
S&P considera que el Gobierno de Mariano Rajoy podría no agotar la legislatura, por lo que no descarta la celebración de elecciones anticipadas, si bien los conflictos internos de los principales partidos de la oposición hacen menos probable que ocurra en el corto plazo.
La fragmentación parlamentaria obstaculizará la capacidad del Gobierno para implementar reformas presupuestarias y estructurales, aunque tampoco espera que se reviertan las del pasado.
Asimismo, dice que la tensión con Cataluña añadirá incertidumbre al mapa político, si bien da por descontado que esta comunidad autónoma seguirá siendo parte de España.
Dentro de su análisis macroeconómico, S&P afirma que la fortaleza del consumo de los hogares seguirá beneficiando la creación de empleo, aunque pronostica que «el modesto» crecimiento de los salarios, el fin del impacto de la bajada de impuestos en ejercicios anteriores y el repunte de la inflación frenarán el gasto privado con el tiempo.