La Sociedad Internacional de Billetes de Banco (IBNS), organización sin ánimo de lucro fundada en 1961 cuyo propósito es promover el estudio y el conocimiento de los billetes de banco y todos los asuntos científicos e históricos relacionados con los mismos, ha seleccionado como el mejor billete del mundo de 2016 al de 50 francos suizos emitido el año pasado por el Banco Nacional de Suiza (BNS).
El papel moneda helvético logró imponerse en la votación «por un estrecho margen» al billete de 1.000 rupias de Islas Maldivas, así como al billete argentino de 500 pesos y al nuevo billete de 5 libras emitido por el Banco de Escocia.
El billete ganador, puesto en circulación en abril de 2016 y cuyo color predominante es el verde, muestra en una de sus caras una mano con un diente de león cuyas semillas son arrastradas por el viento, cuyos distintos rumbos se muestran sobre una representación de la esfera terrestre, mientras por la otra cara muestra a un parapentista sobrevolando las montañas.
De este modo, el nuevo billete suizo de 50 francos sucede en el palmarés al billete neozelandés de 5 dólares, considerado el mejor billete emitido en 2015, mientras que en 2014 fue distinguida la emisión de un nuevo billete de 50 dólares por Trinidad y Tobago.
Los billetes candidatos deben ser nominados al premio por alguno de los más de 2.000 miembros de la Sociedad y cumplir con el requisito de haber sido puestos en circulación por primera vez durante el año en curso. Además de los méritos artísticos, el jurado valora también en su decisión la incorporación de innovaciones de carácter técnico y en materia de seguridad.
Días atrás, Suiza negó la manipulación del franco suizo y atribuyó la fortaleza de su moneda en parte a un euro «muy débil» y al hecho de que sirve de «refugio» en tiempos difíciles, tras aparecer en la «lista de monitoreo» del Departamento del Tesoro de EE.UU. de socios cuyas políticas monetarias merecen atención.
Jörg Gasser, secretario de Estado para Asuntos Financieros Internacionales, aseguró en CNBC Singapur que «Suiza no manipula su propia moneda», según informó el Departamento Federal de Finanzas.