La agencia de calificación Fitch Ratings ha señalado que a pesar de la resistencia de las cajas rurales de España frente a la crisis actual, estas entidades pueden finalmente verse afectadas por la misma, y recomienda que apliquen procedimientos de racionalización de costes.
Fitch recuerda que ya confirmó el pasado 6 de mayo los ratings de cuatro entidades, manteniendo la calificación ‘BB’ para Grupo Cooperativo Cajas Rurales Unidas, y la nota ‘BBB’ para Laboral Kutxa, Caja Rural de Navarra (CRN) y Grupo Cooperativo Ibérico de Crédito.
«El comportamiento de las cuatro cooperativas crediticias evaluadas por Fitch ha seguido siendo resistente, apoyado por sus fuertes franquicias regionales, que están enfocadas en las zonas rurales», explica la agencia en un informe sobre estas cuatro entidades.
En esta línea, subraya que también se ha beneficiado de una adecuada calificación, una base de depósitos estable, unos libros de préstamos granulares con una exposición relativamente limitada al problemático sector inmobiliario y un enfoque prudente a la gestión de riesgos.
Sin embargo, Fitch advierte de que estas cuatro cajas rurales no son «inmunes» a la recesión a la que se está enfrentando España, y apunta que los bajos tipos de interés y el entorno recesionista en España continuará poniendo bajo presión sus beneficios. Por ello, considera «crucial» para apoyar la rentabilidad de sus negocios en este entorno que se implementen medidas de racionalización de los costes.
En esta línea, apunta que aunque las entidades registraron un crecimiento de los ingresos antes de impagos en 2012, los elevados cargos por desvalorización de préstamos aplicados para cumplir con las exigencias de provisiones han provocado unos menores beneficios.
Asimismo, la agencia de calificación indica que las cooperativas de crédito han protagonizado un importante papel de consolidación del sector bancario español, habiendo desarrollado tres de estas cuatro entidades procesos de integración en 2011 y 2012. También señala que la reestructuración del sistema bancario español ha abierto oportunidades de mercado a las cajas rurales, por lo que no han necesitado ayudas públicas.