Banco de Valencia, cuya subasta se producirá en unos días, se ha situado en el primer puesto de entidades con pérdidas durante el pasado ejercicio. La entidad hasta su intervención por parte del Banco de España maneja unos números rojos de 870 millones de euros netos en su cuenta individual y de 921,79 millones de euros como grupo consolidado, como consecuencia de las millonarias pérdidas por deterioro de activos que ha tenido que apuntarse en la recta final del ejercicio. Así, el banco valenciano forma parte de la lista de bancos en pérdidas compuesta por entidades pertenecientes a grupos extranjeros.
La entidad intervenida por el Banco de España a finales de noviembre por sí sola arroja una pérdida cercana a los 1.000 millones de euros. De hecho, las cuentas del Banco de Valencia ofrecen márgenes con cifras en positivo en la parte alta (tanto el de intereses como el margen bruto), pero el resultado de la actividad de explotación ya arroja pérdidas superiores a los 1.000 millones de euros, en el caso de la entidad individual, y de unos 847 millones de euros en el consolidado como grupo financiero.
Estas cifras contrastan de manera rotunda con los ofrecidos por el propio Banco de Valencia en la primera mitad del año, periodo que cerró con un beneficio de 16,7 millones de euros, aunque con un importante descenso (64,17%) en la comparativa interanual. Incluso, las abultadas pérdidas del ejercicio de 2011 suponen una visión muy diferente de la centenaria entidad, que había cerrado 2010 con un beneficio neto de 67,1 millones de euros, a pesar de que ya durante ese año ya se hiciera un fuerte esfuerzo en dotaciones para determinados activos, sobre todo inmobiliarios.