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Banco Santander eleva la previsión de crecimiento de Cantabria en 2016

Banco Santander eleva la previsión de crecimiento de Cantabria en 2016

Banco Santander, presidido por Ana Botín, ha elevado hasta el 2,6% del PIB, la previsión de crecimiento de la economía de Cantabria en 2016, tras haberse registrado una aceleración en el tercer trimestre.

El indicador de actividad económica Santander apunta un crecimiento entre julio y septiembre del 0,8% y un avance interanual del 2,6% que supone «reforzar» la recuperación y eleva una décima la estimación anual, hasta el 2,6%, frente al 3,1% previsto para España.

Estos datos se recogen en la publicación «La economía de Cantabria» correspondiente al mes de noviembre, que elabora el Gobierno de Cantabria con la colaboración del Banco Santander.

De acuerdo con este informe, la demanda interna, fundamentalmente el consumo privado, continúa siendo el sustento del crecimiento, aunque se percibe un mayor dinamismo exportador, que se traduce en un crecimiento del superávit comercial.

No obstante, los indicadores evidencian «cierto agotamiento» del consumo. Los servicios continúan siendo el motor de la actividad productiva, con una temporada turística récord, mientras que se observan «dudas» en la construcción y la industria.

La producción industrial se redujo en los ocho primeros meses del año en dos puntos en comparación con el mismo periodo de 2015, frente a un crecimiento del 2,2% de media nacional, a pesar de que en agosto creció en un 4,7%.

Además, Cantabria lideró en agosto la caída anual de la cifra de negocios de la industria, con un 5,8%;  mientras que en lo que va de año el desplome ha sido del 7,3%.

La entrada de pedidos cayó un 9%, lo que, según Banco Santander, no augura un cambio de tendencia a corto plazo.

La publicación atribuye el comportamiento de la construcción a las restricciones presupuestarias derivadas de los compromisos de estabilidad de las cuentas públicas, que continúan «haciendo mella en la obra pública».

La licitación oficial de las administraciones públicas cayó hasta agosto un 24,4%, pese a un último bimestre «esperanzador».

Al mismo tiempo, se detecta un repunte de la inversión residencial, debido a las mejores condiciones de financiación y a la evolución favorable del mercado de trabajo.

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