La ministra portuguesa de Finanzas, María Luís Albuquerque, ha revelado que responsables del Grupo Espírito Santo reclamaron al Gobierno que intercediese por ellos para lograr financiación y salvar la empresa familiar.
Albuquerque recordó que administradores de este grupo empresarial le pidieron personalmente que mediara ante la entidad estatal Caixa Geral de Depósitos para conseguir un crédito debido a sus graves problemas financieros.
La ministra ha participado en la tercera jornada de la comisión parlamentaria que investiga la caída del Banco Espírito Santo (BES), y que terminó siendo intervenido por el supervisor bancario luso.
A preguntas de los diputados, Albuquerque confirmó que tuvo varias reuniones con el entonces presidente del BES y a la vez la cara más visible del Grupo Espírito Santo, Ricardo Salgado.
«En una de esas reuniones se me pidió alguna posibilidad de que hubiese una financiación por parte de la Caixa Geral de Depósitos», reconoció la ministra, quien no obstante negó cualquier tipo de intervención.
Albuquerque aseguró que nunca interfirió en esa materia, y subrayó que «el Gobierno no habla con la administración del banco público sobre los créditos que debe o no conceder».
De esta forma, confirmó los rumores que ya existían en Portugal sobre los intentos de Salgado por recibir ayuda, bajo la amenaza de que el desplome del Grupo repercutiría negativamente en la economía nacional.
Sin embargo, Albuquerque desmintió que Salgado solicitara en algún momento al Ejecutivo fondos públicos para el BES.
«Nunca hubo ninguna petición, formal o informa, ni siquiera se hizo referencia a ello, para la recapitalización pública del BES», recalcó la ministra, quien señaló que el ex presidente de la entidad «sólo hablaba de las preocupaciones con el Grupo Espírito Santo».
Cuando aparecieron los primeros indicios de irregularidades a mediados de mayo, el BES comenzó una caída que terminó con sus principales sociedades declarándose en insolvencia.