Moody’s ha confirmado el rating de Popular en ‘Ba1’, y ha rebajado a ‘negativa’ su perspectiva, después de que se dieran a conocer los resultados del cierre de 2016, tomando en consideración un progreso menor del esperado en las metas de su plan estratégico 2016-2018.
A pesar de la ampliación de capital de 2.500 millones de euros, y de unas mayores provisiones, Moody’s considera que Banco Popular no ha logrado acelerar la eliminación de activos improductivos ni aumentar las coberturas.
Para Moody’s, Banco Popular se encuentra bajo presión, pues debe acelerar la ejecución de su estrategia para sacar los activos problemáticos de su balance.
Asimismo, ha señalado que la actual dirección del banco, bajo Emilio Saracho, está revisando los objetivos del plan estratégico presentado por Ángel Ron, y ha indicado que se podría redefinir y buscar nuevas alternativas con el propósito de mejorar el perfil de riesgos del banco.
Por otro lado, Moody’s ha explicado que la perspectiva ‘negativa’ contempla los retos estratégicos en el corto plazo y la presión en el perfil de crédito del banco. Asimismo, refleja una posible rebaja en el caso de que no se llegaran a cumplir las expectativas de la agencia relacionadas con el desapalancamiento de su balance, lo que podría traer como consecuencia mayores pérdidas.
Hace unas semanas, la agencia de calificación S&P anunció su decisión de rebajar la perspectiva de Popular de ‘positiva’ a ‘estable’, y mantener su rating a largo plazo en ‘B+’. Esta medida refleja la perspectiva de S&P de que la entidad financiera está «fallando» en el objetivo de restaurar su perfil financiero.