Banco Santander continua inmerso en su proceso de transformación en aras de mejorar su funcionalidad, con el anuncio de un plan de estructuración en su red de distribución comercial.
El plan que Banco Santander busca llevar a cabo, supondrá la concentración de la actividad de oficinas pequeñas en otras más grandes, y su especialización en labores de asesoramiento.
En concreto, la entidad presidida por Ana Botín pretende derivar el negocio de 450 sucursales que tienen entre 1 y 3 trabajadores, a otras de mayor tamaño, con el objetivo de conseguir tener otras más grandes, con más recursos humanos y técnicos, más rentables y que permitan al grupo seguir estando presente en todo el territorio español.
Desde Banco Santander confirman que a pesar de esta reestructuración, la entidad va a seguir operando en los mismos 2.200 municipios españoles en los que tiene presencia.
Banco Santander, en una reunión mantenida con representantes sindicales, ha anunciado que el plan incluirá un ajuste de plantilla que podría afectar a unos 1.000 empleados, mediante bajas incentivadas, prejubilaciones y recolocaciones.
Banco Santander también justifican esta medida como parte del proceso de transformación hacia un banco más digital. La entidad lleva tiempo apostando por desplegar un nuevo concepto de sucursal, más multicanal y enfocado en la atención especializada al cliente y para ello adaptará 350 oficinas en 2016 al nuevo modelo corporativo, que pretende alcanzar un millar en 2018.
Fuentes añaden que el banco seguirá realizando inversiones, por ejemplo, para dotar a las oficinas de unos cajeros automáticos más modernos y con más funcionalidades, al tiempo que seguirá invirtiendo en sus capacidades digitales para poder ofrecer al cliente el mejor servicio por los distintos canales.